¡Que bien se lo pasó Víctor en semana santa! Fueron sus primeras y últimas vacaciones con un grupito de amigos en Aia, Gipuzkoa. Me acuerdo que la primera noche yo quería cenar en un restaurante porque no me gusta estar encerrado en una casa nada más llegar, pero él una hora antes ya iba preguntando que cuanto faltaba para la casa rural, y yo le decía, primero iremos a cenar y después a la casa con tus amigos. En fin, que no le convencí y al final nos quedamos en la casa y cenamos allí, ¡que bien se lo pasó! Esto me hace pensar que con verles felices ya es suficiente, tienes que dejarte llevar, sin complicarte la vida. ¡Cuanto echo de menos su sonrisa!
Ultimamente cuando acababa de comer siempre venía hacia mi para darme un abrazo, decía 'voy con el papa', es desgarrador no poder oirlo, saber que nunca más lo verás, pensar que nunca más lo verás.
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