sábado, 17 de noviembre de 2007

CARTA DE MAMA A VICTOR

Esperando que nos sirvieran en un restaurante italiano de Dikensbuhl

Querido hijo,

Hace cuatro meses que no te veo, ni te abrazo, ni te beso ni tenemos una conversación. Es toda una eternidad y sé que así será para siempre. Lo único físico que me queda de ti son tus fotos, vídeos, juguetes, cuentos, trabajos del colegio, tu ropa y tus zapatos. También me quedan un montón de recuerdos que a veces me consuelan y otras veces me llevan a la desesperación, al silencio y a un largo y amargo llanto.

Sé que estás en un lugar precioso donde reina la calma y la felicidad. Hijo, te mereces todo eso y mucho más. También sé que no estás lejos de mí, aunque no pueda verte ni oirte. Donde sí que estás con total seguridad, hijo mío, es en lo más profundo de mi corazón y de mi pensamiento. Te has transformado en un amor infinito y eterno.

No quiero que sufras ni te preocupes por mí o por el papa cuando nos veas sufrir y llorar. Es que te echamos mucho de menos y lloramos tu pérdida física. Hijo mío, este inmenso dolor durará mucho tiempo, quien sabe si será para siempre, pero tenemos la voluntad de superarlo y sé que tú nos estás ayudando y cuidas de nosotros. Es muy doloroso que yo ya no pueda cuidar de ti.

Nunca antes había sufrido la pérdida de una persona querida. Tu pérdida ha sido la primera y la más dura que una madre puede sufrir. Ya nada será como antes, yo nunca volveré a ser la misma, todo ha cambiado y eso me supone tener que asumir otras pérdidas además de la tuya, sumar más dolor al dolor máximo de tu muerte. Sé que el duelo es un proceso duro, largo y necesario, qué algún día espero que termine y me permita volver a vivir. Ahora tengo claro que no estoy viviendo, sólo sobreviviendo a duras penas.

Te echo tanto de menos, Víctor! Ahora es sábado por la mañana y estoy sentada en el sofá del comedor, desde donde puedo ver tus fotos, tu molinillo de viento de colores, tu tractor, tu caja de protagonista, tus cuentos, tus películas de dibujos y la rosa de Sant Jordi que hiciste en el colegio y que me regalaste con tanta ilusión este año. Recuerdo nuestras conversaciones del sábado por la mañana, tú tan contento de que estuviéramos juntos en casa jugando con tus cosas, de que pintáramos con tus ceras y escribiéramos las palabras que ibas diciendo. Ya sabes que hace unos días cogí tu cuaderno de pintar y tus ceras y estuve pintando una rosa y una mariposa. Sentí un gran consuelo al ver tus dibujos y pinturas y una gran emoción cuando cogí la cera de color negro, tu favorita. La estuve mirando largo rato buscando tus huellas. Todo eso ya lo sabes porque estabas conmigo, a mi lado, como siempre.

Hijo, tengo que decirte que nunca he tenido especial temor a la muerte, sí al dolor físico y al sufrimiento. Ahorá sé que es mucho peor el dolor del alma porque contra él no existe medicamento ni ciencia que pueda curarlo. La muerte no me da miedo y el día que llegue me traerá el mejor de los regalos: volver a estar contigo y para siempre. Quería que hubiese sido diferente, que fuese yo quien te estuviera esperando al otro lado y te ayudara a hacer el tránsito, pero te has adelantado y ahora serás tú quien me abra la puerta de la eternidad. Sé que me estarás esperando con tu sonrisa en la cara y la mano extendida.

Tengo muchas cosas que decirte hijo, pero será en otras cartas. Sólo quiero que seas feliz, que corras, saltes y rías. No quiero que sufras por nosotros.

¿Recuerdas las competiciones que hacíamos para ver cuánto nos queríamos? Tú me decías que mucho y abrías los brazos al máximo. Yo te decía que te quería infinito y entonces tú me preguntabas que cuanto era eso. Yo te respondía que era incalculable y que era mucho más que lo que abarcaban los brazos abiertos. Entonces tú cogías tu calculadora y apretando siempre el número nueve hasta que la pantalla estaba llena de nueves, me preguntabas si ese número era el infinito. Yo te decía que sí.

Te quiero infinito, Víctor.
Rothenburg o.d.T al atardecer.
Víctor le gustaba poner caras raras cuando le hacían fotos, ¡igual que su padre!

7 comentarios:

kalidoscopi dijo...

Quin blog més maco i més emotiu.
No ens coneixem, soc la tieta del David Rovira, però vull dir-vos que el vostre fill és un nen preciós. Gràcies per explicar-nos com era, mitjançant aquest blog, per als que no vam tenir la sort de conéixer-lo.

Anónimo dijo...

Hola sóc Antonio el pare del Víctor, gràcies per les teves paraules, quina sort em tingut de coneixer-vos!

Anónimo dijo...

Sóc la mare de “l’altre Víctor” de P-3 i P-4, estic contenta de tornar-me a posar en contacte amb vosaltres. Volia que sabéssiu el bon record que el vostre fill va deixar entre els seus companys de classe i entre totes les famílies; i no m’estranya, perquè era molt alegre i rialler, molt espavilat i molt dolç. Us animo a tirar endavant, encara que la prova no pot ser més dura.
Molts petons i molt coratge. I, ja ho sabeu, aquí estem pel que necessiteu, de tot cor.

Anónimo dijo...

Estimada Esther,
Ja no som les mateixes, els nostres fills ens han transformat en persones diferents, els nostres valors ens han canviat, quan tothom ens mira ens veuen diferents, amb una llum diferent, amb un somriure diferent, els nostres fills ens han fet persones més sensibles, mes amoroses perque el seu amor ens l'han traspassat i nosaltres l'hem d'escampar, aquest és el seu GRAN REGAL!
Una forta abraçada!

Antonio dijo...

Anni, per nosaltres representes una llum d'esperança, sempre tant positiva! Estem transformant LA MORT EN AMOR, la gent pensarà que estem mal del cap, però tenim que pensar en positiu.

Esther i Antonio

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Zoe dijo...

He encontrado este blog por casualidad, y me he quedado anclada leyendo muchos post, viendo tantas fotos y sintiendo como si ya conociese a Victor y notase su vacío. Imagino que no hay palabras que reconforten el paso del tiempo marcado por su ausencia. Seguro que los recuerdos son vividos a cada segundo y uno hasta se niega a avanzar por no tener esa sensación de que se ha pasado página.

Lo único que puedo hacer desde aquí es mandarles un cálido abrazo y desear que el dolor se transforme solo en sonrisas por los recuerdos de los bellos momentos vividos.

M.

HOY COMIENZA ESTE BLOG QUE DEDICO A MI HIJO VICTOR

El pasado viernes 13/07/07 nuestro pequeño Víctor de 4 años marchó al otro lado de forma repentina.
Poco a poco os iré escribiendo sobre Víctor, a medida que vaya aprendiendo a crear el blog.
Desde aquí en nombre mío y de mi familia envío un fortísimo abrazo a nuestros 3 nuevos amigos, Natxo, Anna y su hija Anna, que perdieron recientemente a su hijo David con los que nos sentimos estrechamente unidos . También quiero dar las gracias a Jorge 'Piñe' por haber estado con nosotros haciéndonos compañía la noche anterior al fallecimiento del nene y a Carmen, a Pilar que nos acompañó en el momento de la despedida y a Mirco que vió como Víctor saltaba encima de su cama, a Javi y Nieves que nos acogieron en Madrid, a Roberto y Merche, a Manu, Luis y Julián que estuvieron las últimas horas al lado de Víctor y a todos aquellos amigos que estuvieron horas antes y después de la marcha. Y tampoco me podría olvidar de la Dra. Esteban que me dió un gran abrazo cuando Víctor murió, ¡gracias por tu sensibilidad!, también quiero enviar un abrazo al enfermero que tan bien trató a Víctor, desgraciadamente no recordamos su nombre, gracias a todos los médicos que se acuerdan de Víctor aunque sólo estuvieran con él dos días. Gracias a la 'senyoreta' Montse Puigbarraca por atender a Víctor siempre que la necesitó, y gracias a ti Montse por darnos la dirección del Blog de David Rovira y Natxo, el destino ha hecho que nos conozcamos, ha sido el mejor regalo que nos han hecho nunca. Gracias Pablo por tus palabras. Encarna ...