Buf, 3 años ya vagabundeando por la vida. 3 años pensando en que es tan fácil volverse loco, pero Diego hace que cada día cuando llego a casa vuelva a tener ganas de seguir, sus babas me inundan la cara con un ¡papá!. Cada día me recuerda más a Víctor, pero eso no es malo, si no todo lo contrario.
3 años conociendo a nuevas personas, nuevas historias. Y ahora esperando a otro bebé, que por cierto no sabemos todavía que nombre le pondremos.
En fin 3/4, han pasado 3 años desde que se fue Víctor con 4 años de edad, la distancia de su partida cada vez se hace más largo, pero su recuerdo está presente a todas horas. Hay gente que dice que doy pena porque vivo del recuerdo y porque hablo con los muertos, pues sólo me queda el recuerdo y el camino de comunicar con ellos de forma natural como un acto de amor ni más ni menos, todos lo podéis hacer, sólo hace falta abrir la mente desde el corazón.